El patrón oro fue un sistema monetario en el cual el valor de la moneda estaba respaldado por una cantidad específica de oro. Este sistema, ampliamente utilizado durante el siglo XIX y principios del XX, proporcionaba estabilidad al limitar la emisión de dinero a la cantidad de oro disponible. Sin embargo, su rigidez también tenía desventajas, ya que la economía estaba atada a la oferta de oro, limitando la flexibilidad financiera. El abandono del patrón oro en el siglo XX permitió políticas monetarias más flexibles, pero también llevó a desafíos económicos y fluctuaciones monetarias más pronunciadas.